Violeta el cielo,
estimo tus pasos,
la distancia que nos separa,
temiéndola mayor
que la que tu promesa
me asegura.
Las aves adelantan su canto,
el cansancio se viste en mis ojos,
otro final abierto que se cierra
en este nuevo comienzo.
La mesa llena,
la melodía agotada,
el deseo gacho,
la razón dolida,
abrigada en sus certezas.
Y por ahí vos,
en un indefinida distancia,
siempre infinita.
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