“Heredé de mis antepasados las ansias de huir. Dicen que mi sangre es europea. Yo siento que cada glóbulo procede de un punto distinto. De cada nación, de cada provincia, de cada isla, accidente, archipiélago, oasis. De cada trozo de tierra o de mar han usurpado algo y así me formaron, condenándome a la eterna búsqueda de un lugar de origen.” 

ALEJANDRA PIZARNIK

Explicar con palabras de este mundo /
 que partió de mí un barco llevándome .

La rebelión consiste en contemplar una rosa / 
hasta pulverizarse los ojos

 ¿Qué diría el mundo / 
si dios lo hubiera abandonado así? 

ALEJANDRA PIZARNIK

Hopscotch


El barrido no era una de sus más profundas pasiones. Lo hacía porque lo tenía que hacer. Porque el polvo y a mugre diaria amenazaban con cambiar el color naturales de las cosas de su apartamento.

No limpiaba todos los días las cosas, a pesar de ser un momento pretexto para reflexionar acerca de las cosas importantes de su vida. Y era un tipo de mucho reflexionar. Andaba siempre pensando qué cosas podría mejorar, y el porqué de otras que le molestaban. Desde hacía mucho tiempo, que solo pensaba para existir. Y existía con muchas ganas, con mucha fuerza. Joaquín, había pensado hasta cambiar su nombre por algún otro que lo tratara como un significante auténtico.

Entre sus reflexiones, aparecían conclusiones, deseos y ambiciones. A su vez, entre sus ambiciones más recurrentes se veía a si mismo abrazado a una hermosa mujer, que con manos pulcrísimas le reconfortaba completamente.

Esa mujer, no era cualquier mujer, era un momento de su historia y una forma en que se tornaba por amor que solo una vez había conocido. Basto solo aquella vez para marcarlo. Para abrir en el una herida seca que le llevaría a caminar en busca no de ella, sino de aquella que le devolviera aquello que se le habría quitado, vaya a ser uno porque tonto desengaño. (…)

¿Acabaría alguna vez la búsqueda de la Maga?

Consuetudinem



El andar por el llano tiene sus ventajas. Tanto andar en las cuestas de las montañas acaba por desgastar la suela de cualquier personal.

Me había acostumbrado a pensar que” lo difícil es mejor”, y hoy se no solo que muchas veces eso no es cierto, sino que además,  lo difícil es sencillamente difícil. No es que quiera lo fácil, pero hay en la sencillez cierto encanto sereno y dulce que pocas veces me ha decepcionado. Cosas como esas hacen a lo que yo llamo La Buena Vida.  Llena de Mayúsculas, y sin acentos.

El costumbrismo despeja los espacios donde habitan las almas de las personas. Lo despeja  de problemas, de opacidades, de complicaciones y retorcijones innecesarios. Tiene el mismo efecto que produce abrir las ventanas de una habitación viciada en una tarde templada.

En esos dulces costumbrismos, los aires que nos envuelven, nos vinculan y separan se despejan y recién entonces podemos vernos los unos a los otros y una vez que nos vemos, y nos reconocemos, no sabemos evitar amarnos y permanecer reunidos. (…)

“Nuestras almas se reunieron en un dulce costumbrismo”

Introductionem Novum - Paulina


Hoy es un martes como cualquier otro. Que comienza a las 7 y termina… cuando termina.  En días como estos, pienso que salir a la calle seria de alguna manera, atentar contra la propia naturaleza. La voluntad en mi interior permanece quieta. Y mi cuerpo, a su vez permanece inalterable durante horas entre las sábanas.
En días como estos, estos que casi ni recuerdo cuando empezaron mi espíritu toma forma de tempo y mi apartamento viaja hasta historias pasadas. Amanezco nuevamente, en el día en que las luces que ya no estaban, terminaron de apagarse, y casi como en una epifanía, lo vivo todo otra vez.
Me encuentro sentado en la oscura glorieta de laureles, desde donde estoy veo los dos leones de piedra del jardín, y pensativa, la encuentro a ella soñando en vigilia, con la mirada entregada al vacío. Comprendo al verla tan dentro de mis propias retinas,  cuán grande seria el vacío en mi vida si ella faltara.
Entre nuestras dos almas seriamos solo una.
Cuadernos enteros con su retrato compuesto por cientos de palabras y mis mejores expresiones. Nuestras almas se reunieron en un dulce costumbrismo en que nos abrazamos, inocentes,  a la espera de nuestro matrimonio. Un tácito contrato acerca de un contrato que aún sin haberlo mencionado jamás, se prometía presente. La amaba, y antes y aún después de todo, la quería. Siempre quise a Paulina.
Entre tantos recuerdos, la veo diligente y hermosa, atendiendo a nuestros invitados jugando secretamente a ser dueña de nuestra casa. “Nuestra”.A pesar de mi legible, torpemente evidente enamoramiento, nunca pude pronunciar un “Te quiero”. Los escrúpulos de mi forma de amor infante jamás me lo permitieron.
En lo que me parecía a Paulina, yo me encontraba a salvo; ella era la mejor posibilidad de mi ser, en ella me libraba de mis defectos naturales, la torpeza, la negligencia, la vanidad. Ser en ella, me liberaba del temor irrefrenable de perderla.
¿Cómo podría perder aquello que quizás nunca hube tenido? ¿A quién podría reclamarle, si eso sucediera? Jamás hubiera pensado que a Montero.
Hoy es un martes cómo cualquier otro, pero también como aquel martes en qe por primera vez recibimos a Julio Montero. (…)

Desiderata Saepia


...La Belleza descansa sobre un lecho de rosas...
la noche...se acerca para profanar
su pálida inocencia...

La sensualidad de tus brazos...
no deja de acariciarme...
..el destino se aproxima tirano
sobre el oráculo de tus promesas.

Te amo, y es en ese amor
en que veo sobrevivir
mis cimientos pmas puros

Te amo y en ese amor oculto
proyecto la intensidad de mis pasiones
que te aguardan impacientes...

Te amo y en mi lecho sereno
te aguardo cada noche,
desde la noche primera...
y desde el dìa primero,
cada dìa...

Tu me abrazas,
y comprendo la presion de tu fuerza masculina,
como a los errores de los impulsos que te dominan.

Y es porque te amo solamente,
que logro cerrar mis heridas interminables,
bajo la piedad de este,
mi sentimientos mas bello..


.... Y en esa presencia inmensa que es el oceano de misterios aun vive en mi...senti tu abrazo tierno.... rompiendo los muros de eternos tormentos y temores que sepultaban mi escencia bajo invatibles escombros.... y descubri en tus ojos la llave para aquella puerta que solo dos podemos abrir...vos y yo... tal vez mis ojos ansiosos te hayan susurrado mientras dormias, lo mucho que te amo...


....Amor:... de esta manera...silenciosa...y tal vez... hasta sombrìa...renuevo mi pacto de amor eterno con vos... entregándote esa llave que abre la puerta de mis secretos mas oscuros y mas fuertes... para que cabalgues sobre ellos y me liberes de mis tormentos....por que solo tu, representante unico de aquel amo rdel qu eligo enamorarme cada noce cuando renuevo mis alianzas... conoces los senderos que hay que transitar para tenerme... estan allì...abiertos para ti....
...espero encontrarte alguna vez, algun dia, al final de aquel camino... y allì abrazarte en el mas tierno , acogedor y emotivo de los abrazos, que nos selle unidos por siempre... mostrandonos a ambos que el amor triunfa por sobre todsa las cosas...y poderes...

...perdon por mi exposicion desordenadas de sentimientos tan confusos...o pocos claros..solo que antes que el silencio que nada dice...ni nada aclara...eligo echar luza, debil y transparente, sobre las oscuridades que tal vez, a vos tmb te atormentes...

..no me despiertes...solo mirame mientras duermo....

"...tal vez mis ojos ansiosos te hayan contado mientras dormìas...lo mucho que TE AMO..."

Siempre tuya... 

Bellus Dominae


Noche, oscura, sensual
inperenne y eterna,
susurros del silencio
que se suceden lejos,
alli donde el sentimiento
huye desesperadamente de la pasion.

Noche, tu, mi renovada
y fiel amante,
desnuda lentamente otra vez
tus misterios inspiradores
de las sinfonias de sentimientos
que en mi eçmente puedan sucederse.

Vamos noche mia,
no temas desnudarte
ante mis ojos que te aman
ven y abrigate en mi pecho.

Con la suavidad de tus cabellos rizados
tiñe mis dias de femenina pasion,
acaricia mi cuerpo que te espera
y riñe con mi piel apasionada
que te anhela locamente.

Vamos, acercate, no temas a mis labios
desnudame en tus senos que son belleza
y poseeme completamente
que solo a ti, yo tu fiel amante, pertenezco.

Vamos, dama mia,mi dulce dama blanca,
avanza sobre mi pecho que te aguarda
y describe figuras indescifrables
en mi cuerpo.

Acercate y camina,
con tu gracil y tibia femeneidad
hasta mis pies que se impacientan
al sentir el color de tu nombre.

oh! Amada mia,
cuanta belleza se desprende de tu cuerpo
deleitame con tus brazos amorosos
en ese sacro instante
en que te hago mia, una vez mas.

Toda la sensualidad
de los secretos que se te confian
se despliega ante mis ojos
conla magnificencia de tu suave sonrisa
que nunca acaba.

Ah! mi dulce noche,
que no cesen tus caricias
que tanto amo.

Cuan inacabable es tu sabor
cuando te dibujas en mi cuerpo.
La tormenta inacabable
de tus brazos de tus brazon que me envuelven.

Acercate aun mas que aun
no puedo ver mi reflejo
en tu alma infinita.

La nostalgia de tu visita pasajera
no cesa de invadirme,
y rodar en mis adentros mas fragiles,
cuando despunta el alba
sobre tu espalda
que yace jadeante
bajo el abrazo eterno
de mi cuerpo que yace inmovil
de cansancio.

No marches lejos mio, amada mia,
que mi alma ya no soportara
otro dia de completa agonia sin ti
sumido en la luminosidad
de la hipocrita poesia
del solque todo lo comtempla,
pero que nunca resistira
las verdades secreta que se
ocultan bajo la inocencia
de nuestros nombres.

Te desvaneces,
sin siquiera hacermelo sentir
te desvaneces de mi lecho
sin dejarme despedir
a quien mas mi cuerpo ha amado,
me abandonas
en la desgracia de no tenerte
otra eternidad, hasta tu regreso.

Ya no existes amanda mia,
ya no existes mas
que mi recuerdo que te inmortaliza.

Vete y se una cone l viento,
y renueva tu sensualidad
inacabable,
y vuelve a eclipsarme
con tus ojos hechiceros.

Vete, pero vuelve dulce amada
antes de que el reflejo de t çu belleza
se desvanezca de mi recuerdo,
y vuelva a vivir en el tormento
de mis dias que te extrañan.


.:Beatuy always cames with darks feelings:.

Veinte años

¿Qué te importa que te ame,
si tú no me quieres ya?
El amor que ya ha pasado
no se debe recordar

Fui la ilusión de tu vida
un día lejano ya,
Hoy represento el pasado,
no me puedo conformar.

Si las cosas que uno quiere
se pudieran alcanzar,
tú me quisieras lo mismo
como hace años atrás.

Con qué tristeza miramos
un amor que se nos va
Es un pedazo del alma
que se arranca sin piedad

Hombre Necio


Hombre necio,
que me hablas con jucios vacios.
Que juzgas mi forma de amar
sin haberla conocido.

Hombre necio,
que vagas entre las sombras
de la incertidumbre,
y juegas a pensar
que soy de una forma
que nunca has probado.

Hombre necio,
Hombre loco,
que afirmas los sabores
de aquellas cosas que de mi,
tu no has bebido.

Hombre necio,
hombre enojado,
que supones lo que absorbe
de mi boca
la que no es tu boca,
de mis manos
las que no son tus manos,
que supones como acarician
las mías,
cuando acarician encendidas.

Hombre necio,
que juegas al conocimiento
de lo incierto,
que no has atravesado el umbral
que hoy te sume en la penumbra.

Hombre necio,
que al no entender,
me juzgas ahora
por no ser tuya.

Hombre necio,
Hombre loco,
Hombre enojado,
Hombre que hablas... ¿herido?

En Memoria de Paulina


 Seguiría queriendo el rostro de Paulina aun si encontraba en sus actos algo extraño y hostil que me alejaba de ella.

(…)
               
¿O todo era un engaño? ¿Yo estaba enamorado de una ciega proyección de mis preferencias y repulsiones? ¿Nunca había conocido a Paulina?

(…)

ADOLFO BIOY CASARES



“y envíes los recuerdos a mi busca. “ (…)

Iratus Carpi


Caminando
Por la vereda gris de los canteros enmudecidos.

Con el contemplar mustio
De las flores acobardads
Como Testigo.

Fingiendo risas
Trenzando penas
Viste muñecas
Lleva una caja
Caja sagrada,
De viejos secretos.

Dile a la niña que aquella caja
me pertenece,
y que me traiga con esas flores
sus mil colores,
que no me finja,
que no pretenda,
su pertenencia.

Son mis memorias,
Son mis dolores,
Que los devuelva.

 Cuando le grito
Ella no me escucha,
Canta un silencio.

Si la detengo
Si la confronto
Guarda el silencio.

Si le pregunto
De donde vengo
No me contesta.

Respira hondo
Guarda la caja
Y allí se queda.

Dile a la niña que aquella caja
me pertenece,
y que me traiga con esas flores
sus mil colores,
que no me finja,
que no pretenda,
su pertenencia.

Son mis memorias,
Son mis dolores,
Que los devuelva.

Sin esa caja a mi me falta
La luz de noche,
Sin esa caja no recuerdo
Lo que he olvidado.

La niña blanca
No escucha nada
Solo sujeta
Aquella caja
con mucha fuerza
 y allí se queda.

…y allí se queda.


Testis


Siempre lo supiste. A la luz de la penumbra o en lo oculto de las sombras, siempre supiste la verdad acerca de la verdad.

Siempre han sido oídos sordos a mis palabras calladas y fiel lector de todas mis confesiones. Todas ellas han quedado retratadas en tu memoria., sin sucumbir al fuego enlatado del olvido represivo.

Siempre primera y siempre última. Narrador y lector, escritor y protagonista, habrás conformado para el final de tus del Pentateuco a los Libros Apócrifos de todos tus males y memorias.

Siempre te he escrito porque tu eres el Testigo, y desde algún rincón de tu cansada inconsciencia me dictas los detalles que ignoro negligente y muy a tu pesar. Porque tu lo recuerdas todo y hechas luz silenciosa sobre aquellos bosques de sombras.

Te escribo, brazo ejecutor de todas mis memorias, para que acuses el grito y envíes los recuerdos a mi busca. 

Crónica Subjetiva


Silenciosa era la tarde. Desde que había amanecido, el día se había puesto casi sordo para con él. Casi no podía escucharlo.

Habrá deambulado por cuantas manzanas, pasando por al lado de todos los vecinos, saludando, sonriendo, devolviendo con su habitual soltura una frase elocuente a cualquier comentario cumplido.

Se habrá sentido mal quizás, todo el día, o quizás no, puesto que tal vez, ya habría tomado la anteúltima decisión más importante de su vida, o de lo que quedaba de ella.

Le habrá dolido la cabeza, y quizás, ese habría sido el motivo de su últimamente corva postura.

Haberlo sabido antes.

La discreción me obligó a no preguntarle nunca cómo estaba de verdad, cómo se sentía respecto de lo que le estaba sucediendo y que desde ya, era de barrial conocimiento. Todos sabíamos que la estaba pasando mal.

No me importó su malestar, más de lo que me importó no parecer indiscreta. Guardé la espontaneidad y la humanidad, para otro momento. Creyendo que habría otro.

Mi mente justificó cada cambio paulatino, a su manera, la más ligera, la más cómoda, la más segura. Ya no se lo veía alegre ni bromista, por fin había madurado. Había adelgazado muchísimo, por fin se había comenzado a cuidar. Se lo veía algo demacrado: “anda a saber donde estará parando de noche”.

Cada síntoma tenía una explicación. Una explicación que no exigía de mi, mas que pensarla una sola vez. Una explicación que cerrara por sí misma. Donde el no necesitara de nadie mas.  Donde tampoco necesitara de mí. Inconscientemente, en lo posible.

Eran cambios. Eran signos de madurez. No eran síntomas. Error de Interpretación. El error mío, y de muchos otros que hicieron como  yo. Todos somos muy buenos, pero ya no nos involucramos.  Cualquier cosa avisame, solo avisame. Y nada más.

Se que tristemente somos mas, y no me escondo en esa mayoría. Por eso escribo esta crónica subjetiva.  

Que nadie lo imaginara. Que a todos nos tomara por sorpresa. Que no supiéramos que paso. Que todos hayamos pensado “¡de haberlo sabido!”. Que nadie sepa a quien llamar. Que todos sigan con lo mismo: Silencio.

El estaba solo, y estando con todos, nadie estaba con él. Nosotros lo ubicamos ahí, en la solicitada poca distancia del “Y qué querés que haga yo”. Y si fue la Soledad, y todos los sentimientos tortuosos que de ella se desprenden lo que motivo aquella serie de decisiones desafortunadas, por las que se llevó a tan triste desenlace, entonces todos un poquito somos protagonista en ese escenario del lunes por la tarde.

Tuvo tiempo de entrar una escalera, y de escoltarla al lugar que había decidido. Preparó todo, quizás como quien prepara un altar, con sentimiento sagrado. Quizás, como quien tiende la cama luego de un día fuertemente agotador. Quizás, pensando en su pequeño hijo de 7 años. Quizás, absolutamente desafectado de todo, persiguiendo la certeza física de la irreversibilidad.

Quizás lloró con la desesperación que se siente ante lo irreversible, y ante la desesperación de la pérdida. Quizás lloró amargamente, quizás temió al dolor. Quizás solo tuvo angustia.

Pudo haberlo pensado todo, para que al encontrarlo, el impacto sembrara frío y causara silencio en quienes él había amado. Quizá lo pensó desde el morbo. Quizás no pensó, porque no importaba nada, o porque todo importaba tanto, que si lo pensaba, se arrepentiría antes de siquiera intentarlo.

Quizás, capaz, tal vez. La noticia nos llegó a todos, y nos trajo tal confusión, que respondimos con más silencio. Como siempre. Porque tal vez, y a pesar de el,  no vamos a cambiar mas.

Tuvo que haber subido muchos peldaños, y tomar varias decisiones. La primera, el camino que iba a emprender, un boleto solo de ida hacia lo que hay detrás de la incertidumbre  y el misterio. La de dejar todo lo que conocía, y con ello, todo lo que amaba. También la de abandonar todo lo que desde entonces, no podría conocer: el futuro de su hijo.

La Segunda, orquestar la escena para que fuera perfecta, o desesperada, pero en definitiva, tomar todos los recaudos y acciones necesaria para que simplemente fuera, y se cumpliera con que tal vez, único objetivo para ese día.

La Tercera: la acción, despedirse del mundo en imágenes peldaño por peldaño de la escalera. Ir despojándose con paso de la vida, así como de las culpas, así como del dolor, tal vez. Acercarse, acomodarse, equilibrarse, ajustarse. Contemplar y vacilar... Tal vez.


En el momento donde el impacto provoca más silencio hablo de él porque al hacerlo hablo de mi misma. Al no notarlo a él, no percibí de mí, lo que ya no estaba: la humanidad. Nada definitivo, nada grave. Nada ni nadie puede responsabilizarme de que esto haya sucedido. Ni siquiera yo. Ni siquiera acercándome a él, de la forma que lo hubiera hecho si el mundo no fuera tan así como es y me “obliga” a ser, podría haberlo evitado. Pero aún así, no lo hice.


Se que en algún rincón de tu codo almohadonado descansa tu frente reluciente de ideas. Las manos de tinta manchada, y las sombras acariciándote los renegridos cabellos. Se que allí descansas tu mente, y al lado de quien se mece tu corazón.

Yo lo se, por eso mi tinta no se agota.

...eso es lejos, ¿no?

Pro Vobis


Son para vos, que sos puro ojos y pura melancolia. QUe aunque ya no me ves, sabes mirandome con tu observacion pasiva en la distancia. Pasiva y tormentosa, para vos, que no sabes como llamarme.
Son para vos, todas y cada una de ellas. Llenas vacias, incoherentes o certeras, todas, cada una, son tuyas. Porque vos, y solamente vos, sos quien sabe leerlas.
Aunque tu silencio implique a la negrura de todas las lamparas. Aunque nuestros fuegos cruzados se hayan apagados consumidos en una sola rafaga.
Aunque todos los años sean los que hayan pasado, estas palabras sepias, estan encriptadas entre nuestros significados. Las andamos, las respiramos, las vemos, las sentimos con todo el cuerpo, las estremecemos con nuestra respiracion.
Esas mismas palabras que son vanguardia de nuestro espiritu.
Desde esas mismas palabras  y para las solo tuyas, tan unicas, es que escribo a veces, tantas veces, como hoy.

Confractae manibus



Un torturado esquema espinal se retuerce en su quietud. Los postigos se encuentran cerrados, si es que donde se esta, aùn existen tales postigos. La oscuridad no es gris, ni siquiera es oscura. Es oscuridad que se despliega como  inmensidad inconmensurable, como la reiteración enfermiza de los espacios cerrados que se olvidaron de la luz.


Algo así es lo que sucede cuando se han despertados los ojos velados. No se  ve, no se siente, no se escucha. El paladar reniega furioso, puesto que no hay sabores con que puedan deleitarse. Solo una pastosa resequedad que se repite. No hay otra memoria.


Las muñecas laceradas. La de los estantes que ya no se ven, y las que anteceden a las manos. La sangre fluye, si, también pastosa. Pero ya no trae recuerdos. Se derrama como un vaso que estalló en silencio. Desde las heridas, por las manos, apoyada bajo la cintura, acariciando palmo a palmo la total extensión de las piernas desde la cadera. dibujando mandalas en el suelo, arruinado por la humedad.

Los pies descalzos, caminan temerosos sobre un piso que ni siquiera, puede sentirse frio. En esta habitación no hay colores. Las rodillas,  ya inflexibles, rechinan como las maderas que pisan, a cada paso.

Hay espacio, pero aun asi no hay movimiento. La quietud es una perversión que se apodera de las mociones. Es una realidad consensuada. Es un deseo forzado. Es la optimización de ciertas carnes putrefactas, que una vez alimentarian, pero que hoy solo enferman.

Este cuarto solo veo la luna que yo sueño, parecida a la recuerdo, distinta de la que alguna noche fue tras esa ventana, que siento que quizás esté ahí, pero que ya no veo.

Doy con las esquinas alabeadas, de esos pensamientos que se proyectan como una ínfima refracción sobre las particulas que me acompañan entre estas sombras.  Dentro y fuera no hay sentimientos, solo colisiones.

Aquí no se concibe la luz.
Aquí, así las cosas funcionan.
Aqui, las cosas sólo funcionan.

En la profundidad de un rincon mensurado de la conciencia, me envuelvo entera y eterna, y me sumo en una profundidad, en todas, en ninguna, en cualquiera. Quizás en esa a la que recuerdo, se acude en la noche cuando el sopor golpea. Y como soy parte de esas sombras, ya no me encuentran. Aun así, mi cuerpo da cuenta, que no soy del color de las cosas de aqui, donde solo las cosas funcionan.


 

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