Quiero
contarles una buena historia
la
de una chica que vivió la euforia
de
ser parte del rock
tomando
té de peperina.
Típicamente mente
pueblerina
no tenía huevos
para la oficina
subterráneo lugar
de rutinaria ideología.
Romántica entonaba los poemas más brillantes
susurrándo al oído
de mil representantes:
te amo, te odio,
dame más.
Mirando
al campo se olvidó del hombre
mirando al rico se
vistió de pobre
para poder saber lo
que chusmeaban las vecinas.
En su cabeza lleva
una bandera
ella no quiere ser
como cualquiera
ella adora mostrar
la paja de la cara ajena
Y dentro de su
cuento ella era cenicienta,
su príncipe era un
hippie de los años sesenta
te amo, te odio,
dame más.
Trabaja en los
recitales,
vive escribiendo
postales
duerme con los
visitantes
y juega con los
locales
su cuerpo tiene
pegada grasa de las capitales.
Te amo, te odio,
dame más
Te amo, te odio,
dame más.
Te amo, te odio,
dame más.
SERU
GIRAN
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