Nos, qui non sumus

Pequeño,
te arrullas en brazos equivocados,
y que amas inocente,
a la cuna de muchas de tus lagrimas.

Ay, pequeño,
que sin saberlo
te han quitado del mundo
lo mas sagrado.

Hombre pequeño,
que sonries con pureza
a los colmillos hambrientos
del resentimiento
por el que has venido.

Pequeña arma homicida
de sonrisas profundas,
que alivio es ver tensas
las comisuras de tu alegria,
ver en tu torpeza elegante,
los pasos de un gran duelo,
que solo el amor y el tiempo
te ayudaran a ganar.

Pequeño que no eres mio,
pero que eres pequeño siempre,
y que por eso te quiero,
sin saber rezar cierra los ojos y ora,
sin poder pensar, cierra tu mente y escucha,
sin conocer a papa,
sonrie y espera, que el te busca.

Joven capitan aventurero,
que ya navegas tu primer barco,
despliega las velas de tu destino,
abrazate al aliento de Dios
en la fuerza del viento,
y dejate te llevar a esas costas prohibidas,
donde te encontraras por fin entero.

Valiente general de corralito,
balnde tu espada de la verdad,
en nombre de la justicia,
que entre tus balbuceos
quizas algun dia,
derrotes a la mentira
que sume tu media faz
en el destierro.

Cuando veas que todos los hombres,
tienen los mismos dos ojos,
para ver lo entero del mundo,
preguntate bien fuerte
porque tu no los tienes a ambos,
porque han ocultado uno,
bajo un parche inverosimil,
que no admite por si mismo remiendos.

Pregunta, cuestiona,
calla solo cuando quieras
reflexionar en silencio,
que mi deseo te regale el don
de los labios siempre abiertos,
de los oidos siempre astutos,
de una brujula intima,
que sepa conducirte
hasta este destierro.

Pregunta tu verdadero nombre,
busca en todos los espejos
tu verdadero rostro,
Pequeño espadachin,
rompe las piedras
rasguñadas de silencio.

Confia siempre,
que estos que no somos,
estamos siempre en tu busca,
cansado de astucias fallidas,
de paciencias eternas,
de reclamos desoidos,
de garantias destruidas.
Estamos Siempre,
a la espera de tu visita.

Estos que no somos,
estamos donde quieras encontrarnos,
escribiendo cada dia
una pagina de la vida negada.

No escuches el odio,
no escuches el resentimiento,
no escuches el despecho,
no escuches de nosotros.

Aqui estamos siempre,
todos los dias,
cada dia,
desde deseo, la accion, la pluma,
la espada y la palabra,
pronunciando tu nombres,
abriendo los brazos,
secando las lágrimas
juntando el aliento.

Estamos aca,
te estamos llamando.

Quizas una noche,
cuando dormido no duermas,
escuches nuestras voces,
atravesando esos muros
dulces de silencio,
y recuerdes entonces,
la historia que no pasamos,
y andes entonces,
por los caminos que te han negado,
y toquen la puerta,
que te han prohibido,
y no veas los rostros,
y nos veas los ojos,
y les reconozcas la mirada,
y los abraces tuyos,
a ellos dos que siempre,

te han esperado.

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